miércoles, 19 de octubre de 2016

Organización del trabajo en el aula

El trabajo en equipo

El profesor podrá organizar a los estudiantes en equipos para resolver problemas y discutir colectivamente sus conjeturas, estrategias de resolución y soluciones.
Trabajar en equipo es algo más que trabajar juntos (en el sentido de cercanía). No basta con agrupar a los alumnos en parejas o en pequeños grupos para suponer que se realizará un trabajo en equipo.
Más bien se trata de generar un ambiente de estudio en donde todos los integrantes del equipo asuman la responsabilidad de resolver juntos el problema planteado. De esta manera aprenden a relacionarse con sus compañeros, haciéndose responsables de sus propios argumentos, respetando el punto de vista de los demás, y mejor aún, ayudando a que todos entiendan y participen en el proceso de resolución del problema.
En ocasiones se puede pensar que trabajar en equipo implica perder tiempo en la organización de los estudiantes y en reacomodar el mobiliario, sin embargo, esta inversión de tiempo se compensa con beneficios significativos, en virtud de que un estudiante por sí sólo puede funcionar hasta cierto nivel, pero su potencial se incrementa al interactuar con sus compañeros. Además, poco a poco los estudiantes se acostumbrarán a esta forma de trabajar y requerirán de menos tiempo.
Cuando el profesor delega en los equipos la responsabilidad de resolver un problema, permite que hagan uso de sus conocimientos previos, elaboren conjeturas, las comuniquen a sus compañeros y las validen. Con esto adquieren cada vez mayor seguridad en sí mismos, ya que dejan de ser solamente receptores pasivos de las explicaciones del profesor.
Por otro lado, trabajar en equipo permite a los estudiantes encontrar más de una estrategia para resolver un mismo problema. Estas estrategias constituyen una gran riqueza didáctica porque favorecen la comprensión más profunda de los hechos, conceptos o principios involucrados, al socializarlas y buscar argumentos para defenderlas o validarlas. Al mismo tiempo, los estudiantes se apropian del vocabulario y medios de expresión matemáticos con el propósito bien definido de comunicar a los demás la manera en que resolvieron el problema.
La forma en la que la persona interactúa en equipo dice mucho del ambiente familiar en el que se desenvuelve, y es una buena oportunidad para formar al ciudadano, responsable de las tareas comunitarias y respetuoso de las ideas de los otros.

Trabajar en equipo ofrece al profesor la posibilidad de acercarse más a los estudiantes para conocer el grado de avance que va logrando cada uno de ellos, al observar la calidad de sus intervenciones y la manera en que utilizan los recursos matemáticos para resolver el problema planteado. Aunque trabajar en equipo es un recurso valioso en la clase de matemáticas, esto no significa que deban excluirse las actividades individuales o el trabajo colectivo dirigido por el profesor. Con base en el tema que se esté estudiando y en función del problema por resolver, el profesor decidirá la pertinencia de trabajar en equipos y el número de integrantes que los conformarán.

El tiempo para resolver un problema

La resolución de problemas en el salón de clases requiere tiempo. Por ello, el profesor preverá la duración suficiente para que la actividad se desarrolle completamente, desde el tiempo que requiere el planteamiento del problema, la exploración de la situación por parte de los estudiantes, la discusión de las primeras conjeturas, la validación, hasta la formulación de conclusiones que se desprenden del trabajo realizado.
Una de las preocupaciones de los profesores es la necesidad de cubrir todos los temas del programa. Ante esta situación, muchos profesores optan por dar la clase porque de esa manera garantizan una fecha y hora para cada tema del programa. Sin embargo, con esta forma de proceder, el aprendizaje de los alumnos es mínimo y en términos reales se pierden mucho más, no sólo el tiempo, porque periódicamente hay que repetir las mismas explicaciones, también se pierden el interés por el estudio, la creatividad, la iniciativa y, en general, la posibilidad de superar los obstáculos que presenta la vida.
En la medida que los profesores logren que las sesiones de clase de matemáticas sean un espacio para la reflexión, para comunicar y escuchar opiniones, para enfrentar diversos retos y superarlos, los estudiantes contarán cada vez con más recursos para resolver los problemas que se les plantean, requerirán menos tiempo y se avanzará más, a paso firme.
Para optimizar el uso del tiempo en clase conviene, entre otras cosas, que el profesor no la utilice para calificar las tareas de los alumnos, así como para realizar otras actividades que son ajenas al estudio de las matemáticas y, por tanto, deberán llevarse a cabo en otros momentos.




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